miércoles, 17 de septiembre de 2014

La intimidad, las series y yo

La intimidad” suena a un concepto tan lejano y abstracto que cuesta creer que afecte a la mayoría de personas. Se puede pensar que es algo en lo que meditarán especialmente los psicólogos, los filósofos… y en parte es verdad. Por eso, en gran medida, me preocupa este tema, porque estudio Filosofía. Sin embargo, mi relación con la intimidad comenzó mucho antes, más o menos el día en que empecé a pensar. Ya cuando somos pequeños, nuestros padres nos dicen qué se puede contar, qué no se debe decir, qué es personal... y de esta manera nos enseñan el pudor.

Pero claro cuando era una niña yo respondía a todo eso, sí, pero sin darle más importancia, lo hacía porque me decían que había que hacerlo. En la adolescencia es cuando tuve mi gran encontronazo con la intimidad, gracias a (o por culpa de) las redes sociales. Era genial poder saber qué habían hecho mis amigos, pero de paso me podía enterar de la vida de muchas otras personas, ¡Y sin que ellos se dieran cuenta! Y claro me puse a pensar y me di cuenta que era una situación recíproca, ¡cualquiera podía enterarse de mi vida!

Fuente
Por otro lado, donde más descubrí sobre ello, en un sentido más teórico fue en las series. Desde hace años me gusta seguir series para mi entretenimiento y para escribir sobre ello, y como le dedico mucho tiempo, en ellas descubrí historias muy diversas sobre la intimidad. Por ejemplo en la serie Person of Interest donde un sistema de vigilancia controla a través de todas las cámaras a las personas para predecir crímenes. También descubrí muchas historias de intimidad en las series de policías en general como The Mentalist o Bones donde los investigadores pueden descubrir casi cualquier cosa de los sospechosos. 




Elena Beltrán

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